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Síndrome del burnout

Hola amigas, con éste post inauguro el tag “sano y necesario”.

La idea, es a través de pautas sencillas, conocer, y mitigar los efectos de la rutina en la salud.

Todos desempeñamos diferentes tipos de tareas, que a la larga, nos producen diferentes consecuencias en la salud física y emocional. Por otro lado, la gran parte de nosotros, dado que la vida es muy rápida, solemos dejar el ejercicio y la salud a un lado porque “no tenemos tiempo”.

En este espacio trataremos de encontrar formas simples, de minimizar esos efectos, y demostrarnos que en esos diez minutos al día que dedicamos al celular (móvil) podemos cambiarlos por algo que nos traerá más beneficios que la navegación Web

Para dar inició trataremos el Burnout, o síndrome de cabeza quemada.

Éste síndrome actualmente está en estudio, por el momento, está reconocido en la clasificación internacional de enfermedades.

Básicamente consiste en un trastorno dado por agotamiento mental, en donde la persona percibe una baja en el rendimiento laboral, acompañado de frustración, apatía, desgano, y depresión.

Son múltiples los profesionales y trabajadores que la padecen, pero esencialmente se visualiza en la salud y los administrativos. Esta dada por el contacto con la gente y el desgaste que este produce.

Por otro lado, existen distintos grados, y no tiene porqué mantenerse en el tiempo. ¿Quién no ha pasado por una semana o un mes que no sabe de dónde sacar energías, en donde todos los días tiene errores, no le salen las cosas bien, no logra concentrarse, y encima de todo eso no consigue las metas que se propone? Claro, al poco tiempo se soluciona y lo atribuimos a lo fortuito, o a que estamos cansados y nada más. Pues bien, ese cansancio en exceso tiene nombre. En la década de los 60, surgió la terminología de Surmenage. No existía la noción de estrés al punto que lo vivimos hoy, pero estaba dado básicamente por los mismos síntomas.

Mi interés particular, surgió a partir de ver casos de este tipo en mi lugar de trabajo, donde la atención al público es la base de nuestra rutina.

Se comprobó además que está estrechamente vinculado a la exigencia mental, lo cual es de suponer que si a estos tipos de tareas le sumamos que el trabajador puede estar estudiando, el síndrome podría incluso aumentar. Por otra parte, según los estudios realizados parecería afectar mayoritariamente a las mujeres.

¿Será que nos creímos que podemos hacer mil cosas a la vez?

Al traerle esta temática quisiera introducir la idea del manejo de la realización de las metas, costos y beneficios de las mismas. Al inicio de nuestra vida laboral, y con el correr de la vida estudiantil, uno se plantea metas y objetivos, en ocasiones el destino de nuestra vida se torna más importante que el paso por la misma. Aquel refrán que dice la “vida es lo que pasa mientras decides que hacer con ella”. Pues bien, estas nuevas patologías, o enfermedades vinculadas a la actualidad y a los ritmos de vida actuales, tienen un solo inicio, nuestro vínculo con nosotros mismos.

Esta muy bien plantearse que quiero ascender, recibirme, perfeccionarme, consolidar una familia, etc. Lo que no podemos obviar es que en ese tránsito, la sobre exigencia de nuestro cuerpo y nuestra mente trae consecuencias a corto y a largo plazo que podrían jugarnos en contra, al momento de disfrutar los beneficios de nuestro esfuerzo. Por eso tenemos que hacer una racionalización de las energías puestas en cada aspecto de nuestra vida, para que el cuerpo no nos pase factura cuando menos lo esperemos.

En este caso, para prevenir el burnout-que no es otra cosa que la fatiga inmanejable de nuestro organismo pidiéndonos parar- hay algunos sencillos pasos para seguir, que pueden salvar nuestro cerebro del colapso.

1-Trata de no llevarte trabajo a casa. Si trabajas en ella, ponte horarios estrictos, y cúmplelos. Lo que hoy tomas como un esfuerzo para estar al día mañana se convertirá en  incapacidad para concentrarse, desazón, desgano y por sobre todo en rechazo por lo que haces.

2-Realiza ejercicio. Si, ya se, no tienes tiempo ¿verdad? Bueno, no te preocupes, eso lo vamos a solucionar en el siguiente post! De mientras, haz algo simple: tómate 5 minutos, antes de almorzar, si, cuando vas a comer en el trabajo. Cierra los ojos, visualiza una imagen relajante, inhala lentamente por la nariz y exhala por la boca.

Relaja los hombros y los brazos. ¿Por qué no lo pruebas mientras lees esto? Vamos, yo te espero en el siguiente punto.

Mas relajado verdad?

3-Fortalece vínculos personales, dentro y fuera de tu trabajo. Dentro del trabajo el clima de constante competición vuelve el ambiente laboral en un microclima detestable. Siempre tenemos mas afinidad con alguien, no necesariamente tienes que hacerte amigo, pero si trata de estimular un vinculo sano, tratando de mantenerte al margen de los problemas, y los dimes y diretes, encontrarás un equilibrio que te ayudará a no sumar factores de estrés.

Fuera de casa, diviértete, trata de hacer actividades recreativas en familia, amigos, o incluso solo. Hay una vida más allá del trabajo y el estudio, descúbrela!

4-Tu reloj biológico es el que manda. Si ese fin de semana que te invitaron a romper la noche, estas frito, toma la mejor decisión, quédate en casa y descansa! No eres aburrido, o viejo, o un amargado. Estas cuidando de ti, y de tu cuerpo. Haz actividades que no te sobreexijan. Respeta las comidas, el sueño, la diversión, y cada cosa que tu cuerpo requiera, solo necesitas poner tu agenda corporal en orden.

5-Delegar, delegar, delegar. Aprende a que puedes no hacer todo tu. Y eso no solo en el trabajo, también en casa. No tienes que vivir en una casa de revista, ni saber donde está guardada cada cosa, ni ser la cocinera del mes. Disfruta de tu hogar, ¡no lo padezcas! Aprende a  decir NO SE, NO PUEDO, NO QUIERO. No estás faltándole el respeto a nadie. Te estás respetando a ti.

6-La salud viene desde adentro. Ingiere menos café. Si percibes que tu cerebro no inicia, ingiere azucares, sanos, manzana, dulce natural. Evita las grasas en horarios de trabajo y las comidas pesadas. Ademas de ayudar a la dieta y a tu figura, ayudas a tu organismo a no ponerse lento. La comida pesada requiere mas sangre de tu cuerpo, sangre, que por ende, no llegará a tu cerebro.

Y sin que esto quiera ser (ni por asomo) autoayuda, si quiere ser un espacio de conocimiento, y regulación de nuestro organismo. Por supuesto que todos tenemos matices en nuestras realidades cotidianas, y todos sabemos donde “nos aprieta el zapato”

Pues entonces pon manos a la obra. Una mente y un cuerpo sano, mejoran la calidad de vida de cualquiera, y no se requiere de grandes sumas de dinero, ni grandes espacios de tiempo!

Para la próxima, veremos algunos ejercicios para realizar de acuerdo al momento del día.

Espero le sea de utilidad! Y vamos a mover ese esqueleto!

Besos azules.

Ailén

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